Capítulo 497 Quiero que me sirvas, Abel
—Dile a Kendra que lo haga por ti. —A Abel le dio asco, así que la acostó en la cama y le puso una manta por encima. Sin embargo, justo cuando se disponía a marcharse, Elvira lo agarró de la muñeca y le dijo—: ¿Siempre te causo problemas, Abel?
—No pasa nada. —Abel le retiró la mano y replicó impaciente—: No quiero que te muevas estando herida. Sólo dile a Kendra lo que quieres.
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