Capítulo 467 Sin garantías
Lucas y Jazmín también estaban bastante nerviosos. Benjamín bajó la mirada y se dio un pequeño pellizco en la nariz, como para consolarse. Gonzalo empujó con suavidad la pesada puerta para abrirla.
La habitación era una sala de espera decorada con gusto, llena de luces cálidas y olor a flores frescas. Había dos criadas en la sala que de inmediato saludaron a Gonzalo con una cortés reverencia. Más allá de la sala había otra puerta.
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