—En la residencia de los Rivera —dijo Adán—. ¡aprovecharé la oportunidad para acabar con Abel!
—Entonces… —Alana estaba recostada en la rodilla de Adán, su pequeña mano trazaba su muslo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread