En ese momento, Li Hanjiang se encontraba en un dilema; si lo que Li Qinqin decía era cierto, entonces debería quedarse con el bebé. Como ella dijo, él no podía pensar en otro hombre digno de casarse con su hija aparte de Wen Qingmu. Además, Li Hanjiang creía que el matrimonio con la familia Wen sería beneficiario para el Grupo Xiang Li.
—Papi, te lo ruego. Por favor. —Li Hanjiang se ablandó más al ver las lágrimas de Li Qinqin cayendo por su mejilla.
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