Su Luoli mantuvo la mirada fija en el camino; Wen Qingmu bajó la cabeza para echar un vistazo a sus manos antes de acercarse a ella con cuidado y colocó una mano sobre la suya. Su Luoli se giró de inmediato para mirarlo clavando sus ojos en él, hasta ese momento Wen Qingmu se había animado a tomarla de la mano.
Cuando llegaron a casa ya eran las once de la noche y dado que no querían despertar a la señora Fang ni a Lihua, intentaron hacer el menor ruido posible al entrar y en cuanto llegaron al dormitorio, Wen Qingmu pegó a Su Luoli contra la pared antes de que se cerrara la puerta. Su brazo izquierdo la rodeó por la cintura mientras presionaba sus gélidos labios sobre los de ella. A diferencia de sus habituales besos apasionados y acalorados, esta vez la besó con paciencia, suavidad y cuidado; en lugar de rechazarlo, Su Luoli siguió sus movimientos. Después de besarse durante un rato, Wen Qingmu detuvo lo que hacían y jadeando ligeramente, preguntó con una voz atractiva y sexi:
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