Wen Qingmu se quedó sin palabras porque sabía que era cierto, había asesinado a un niño; si no hubiera hecho que Su Luoli comiera esa sopa ella no habría abortado. Su Luoli se apartó de Wen Qingmu sin querer mirarle mientras sus lágrimas caían a chorros.
—¡Es suficiente, no quiero hablar más contigo! Sé que tu tiempo es muy preciado así que solo firma aquí —tomó los papeles de divorcio y se los entregó a Wen Qingmu.
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