Feliz, Su Luoli corrió a contarle al director que la chica había accedido y no pidió ni un centavo. Yan Ke no podía estar más feliz, pues esta película no contaba con inversionistas y había puesto todo su dinero en ella. Si la chica quisiera sacarle algo, él no tenía nada para ofrecerle. Su Luoli le habló a la chica sobre una compensación, pero ella no quería nada más que Su Luoli cumpliera su promesa. Grabaron las dos escenas de nuevo, esta vez con la chica tocando la guitarra y usando la misma ropa de hace un momento. El enfoque de la película estaba en el ambiente y no había diálogo. Cuando pausaron la toma, la voz etérea de la chica junto con su tienda única crearon una imagen hermosa. Al terminar de grabar, Su Luoli se acercó a la chica para despedirse, ella tenía un montón de gypsophilas color blanco.
—Qué oportuna. Esto es para ti. —La chica envolvió las gypsophilas en papel color café y se las dio a Su Luoli.
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