Era tan aburrido recuperarse en casa; desde que Su Jianmo terminó con las evaluaciones de ingreso a la universidad había estado comportándose como si lo hubiesen liberado de la cárcel. Dado que su hermana tenía un muy buen esposo es que había muchas personas cuidando de él, y se había reunido con sus compañeros de escuela desde el día de la graduación. Su Luoli lo estaba dejando ser; su salud había mejorado y el haber sido estudiante de último año de preparatoria también había sido difícil. Por otro lado, Wen Qingmu iba a la oficina todos los días y sin contar a los empleados, solo eran ella y el perro. Ahí fue cuando Su Luoli comprendió que tener a Wen Qingmu en casa era bueno, pues al menos así ya no estaba aburrida. Recordó que el Director Yan Ke le había hablado de colaborar, así que llamó a un coche para llevarla a la oficina. Xu Xingru se sorprendió al verla saltar y cojear para entrar.
—¡Luoli! Pensé que estarías descansando en casa, ¿qué haces aquí?
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