¿Qué más podría decir?
Wen Qingmu estaba en la ciudad y aunque corriera, aun así, le tomaría dos horas en llegar; cada segundo que pasaba Su Luoli en la montaña, se volvía más peligroso. El equipo de producción se quedó al pie de la montaña, los tenebrosos aullidos los asustaban y nadie se atrevía a entrar. Algunas personas comenzaron a bostezar, ¿era necesario que esperaran ahí?
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