Mu Ranzheng sonrió. Era una brillante sonrisa para la audiencia. Después regresó su mirada a Su Luoli. En ese medio segundo, puso los ojos en blanco hacia ella. De inmediato, Su Luoli desvió la mirada.
—Quién quiera que seas, ¡ven aquí! —Mu Ranzheng volvió a sonreír. Su Luoli no se movió de su lugar. Tenía que dibujar una barrera entre ambos.
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