Capítulo 396 El castigo
Durante todo el incidente, Anabel no reaccionó de ninguna manera. Cintia se la llevó en silencio, mientras Solomon se ocupaba del camarero. Al llegar a la habitación que la familia Carrón había preparado para ella, Cintia encerró a Anabel en la pequeña y oscura habitación sin decirle una palabra.
—No quiero ensuciarme las manos. Deberías reflexionar sobre tus actos aquí sola —dijo Cintia.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread