Capítulo 162 Miranda se da cuenta de su error
Verdaderamente al borde de las lágrimas, Miranda sólo podía acallar sus sollozos, con los ojos hinchados y enrojecidos. Al ver que por fin se había calmado, Cintia se sentó junto a Miranda y le dio un vaso de agua tibia:
—Adelante —le dijo.
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