Capítulo 143 Sebastián Corrales
A pesar de la burla, el hombre frente a Cintia no mostró señales de molestia. En su lugar, soltó una risa.
—Tienes razón. Ninguno de los Corrales es una persona decente —admitió mientras tomaba asiento despreocupadamente frente a ella—. Hola, señorita Solano. Vengo a proponerle una colaboración.
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