Capítulo 91 Nadie puede separarnos
Con una fría sonrisa, Camilo hizo una señal a los guardaespaldas que tenía detrás. De inmediato, los cuatro hombres se adelantaron, asegurando firmemente la entrada de la sala. Cintia se quedó boquiabierta al verlos.
—Ellos se encargarán de proteger a los niños durante este período. Esperaré a que discutas conmigo el resto —declaró Camilo dirigiendo a Cintia una mirada significativa antes de marcharse.
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