Capítulo 513 Solo te quiero a ti
No tenía más remedio que levantarse, pero el frío ya le había entumecido las piernas por debajo de las rodillas. Quizá había sido demasiado optimista. Tal vez no le quedara ni una hora. A medida que subía el nivel del agua, su espacio vital se reducía y ya le costaba respirar. Intentó ralentizar los latidos de su corazón, pero se aceleraron, signo de la falta de oxígeno. Necesitaba distraerse, y solo se le ocurrió mandarle mensaje a Armando.
«¿Qué estás haciendo?».
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