Capítulo 389 Déjame adivinar
—Señor Armando, por favor... Mi papá no quiere morir. Es un instinto humano básico. Si no tuviera la certeza de que nunca entregaría a esa persona, no recurriría a medidas tan desesperadas... No hay ningún donante de corazón disponible ahora, y Santillana se niega a salvarlo. Sus días están contados. Por favor, Señor Armando, teniendo en cuenta las buenas relaciones que nuestras familias mantuvieron a lo largo de los años, ¡perdónelo esta vez!
Armando levantó sutil una ceja.
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