Capítulo 68 Mantén tu orgullo y pierde a la chica
Armando vio que Clotilde había subido a uno de los autos, pero era uno de los autos de los guardaespaldas y no el suyo. Todos los guardaespaldas intercambiaron miradas, sin saber por qué Clotilde no quería sentarse con Armando. Armando echó a todos los demás del auto y se metió él mismo.
Clotilde puso mala cara cuando lo vio entrar en el auto. No tenía ni idea de lo que estaba intentando hacer. ¿Por qué no podía dejarla en paz?
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