Capítulo 262 Qué idea tan ridícula
Emilio apretó los dientes. Al observar la expresión despreocupada y desdeñosa de Armando, no podía saber si éste no tenía miedo de verdad o simplemente estaba fingiendo. Sin embargo, apostar tanto por un simple análisis de sangre era claramente imprudente. Justo cuando se encontraba en un estado de indecisión, una de las partes implicadas hizo una aparición tardía.
—He estado fuera poco tiempo y, de repente, este lugar se ha quedado en silencio. ¿Qué ocurre?
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