Capítulo 48 Olvídalo si no me crees
Clotilde se frotó las cejas como si le doliera la cabeza y dijo:
—Déjame pensar… así que, al principio, cuando pensaste que la persona de la grabación era yo, ¿por qué no te vi lamentarte así? O será que como era yo, te pareció bien. ¿Pero cuando te diste cuenta de que era otra persona, te enfadaste y preferiste insistir en que era mi trampa? —Las palabras de Clotilde eran más afiladas que los cuchillos. Helena estaba tan enfadada que le temblaban los labios, pero no le salía ni una sola palabra.
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