Capítulo 438 Renacer una vez más
Cada individuo que llegaba ocupaba un alto cargo en su propio país. Sin embargo, en presencia de Clotilde, todos se inclinaron en señal de respeto. Bajo las luces deslumbrantes, Clotilde se colocó en una posición que atrajo la atención de todos, recibiendo con calma a cada persona que venía a visitarla.
—Amable Señora, debe ser una enviada por lo divino, aquí para aliviar el sufrimiento. En nombre de toda Lenticela, le extiendo el más alto respeto. —Un noble de Lenticela habló, inclinándose hacia Clotilde.
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