Capítulo 379 Morir congelada
Rogelio se esforzó mucho por ponerse al día. Al ver que Clotilde llegó a un acantilado y no tenía a dónde huir, sintió una repentina oleada de alivio. Parecía como si ya no le dolieran tanto los ojos. Avanzó paso a paso. Con los oídos, Clotilde, escuchó con claridad el sonido de una pistola amartillada.
«¿Voy a morir?».
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread