Capítulo 50 Así que todavía te gusto

Cuando dijo esas cosas, todavía estaba aturdida y era evidente que seguía sin poder pensar con claridad. Eran todas las cosas que Clotilde más quería decirle en su vida anterior, antes de que las cosas le fueran mal. Pero como nunca pudo decírselas, pasaron a formar parte de su subconsciente y ahora se habían convertido en su obsesión para las dos vidas. —… —Armando debería haberse enfadado por su respuesta: la última vez que se vieron ella insistió en que no le gustaba, pero ahora estaba sentada en su abrazo y decía que le gustaba e incluso le preguntaba por qué no le gustaba.