Capítulo 272 Señor Nara

Los organizadores habían dispuesto y decorado meticulosamente el lugar para el desfile nocturno. Para no perderse ni un solo momento, Celia se había preparado y había llegado puntualmente al lugar indicado por Celeste. Celeste no pudo evitar mirarla de arriba abajo al ver a Celia adecuadamente vestida. La piel de Celia era clara y delicada. Sus brazos eran delgados. Aunque no era especialmente alta, tenía una bonita figura. Su rostro delicado la hacía parecer una muñeca de porcelana. Sus ojos brillaban como los de una diosa. No sólo los hombres podían caer rendidos ante sus encantos, incluso una mujer como Celeste no podía evitar sentirse maravillada.