Capítulo 37 ¡Ayúdame a deshacerme de esa chica!
Se trataba de una cena familiar, en la que el ambiente en la mesa era solemne. Sin embargo, por debajo de la mesa, había una corriente subterránea de tensión que se agitaba una y otra vez entre Celia y Nicolangelo.
La palma ardiente del hombre se posó en su rodilla, justo debajo del muslo.
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