Capítulo 51 Continua la persecución
Al día siguiente tuve que explicarles en el museo de lo ocurrido en mi residencia. Todos quedaron preocupados de lo sucedido. Patrick se me había acercado para saber cómo estaba. Le pedí perdón por haberle escrito que no me pasara buscando, debido a que quería quedarme con la señora Aíne y sus hijos. En parte, nos sentíamos seguros al tener la custodia de dos oficiales, los cuales había enviado el funcionario conocido de ella, dando orden de vigilancia hasta tanto se diera con los agresores.
Con quienes hablaba coincidían en la misma opinión: el índice de robos y secuestros en el país es muy bajo. Asimismo, me decían que, de igual manera, existía un gran control en el uso de armas de fuego, tanto que ni siquiera la policía irlandesa puede utilizarlas, es decir, quienes cometieron el delito debían de estar conscientes a lo que se estaban exponiendo, debían de ser profesionales al tener la camioneta que tenían (hubo testigos que lograron describir una camioneta oscura igual que lo eran sus vidrios). Me aseguraban que la policía no se iba a quedar así, iba a llegar al fondo del asunto. Kevin me preguntaba cómo estaba, cómo me sentía. En sus ojos veía su interés de saber si lo que había ocurrido tenía algo que ver con los manuscritos… Al verlo enseguida lo negué, no quería preocuparlo y mucho menos espantarlo. No sé hasta dónde me creyó, pero por lo menos sirvió para que pudiéramos continuar trabajando y enfocarnos en lo que estaba pendiente por hacer.
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