Capítulo 25 Poder y vanidad

Han pasado días desde aquella tarde, me era difícil resistirme a los besos de Patrick y eso complicaba las cosas. Verlo a él dispuesto a perder completamente sus cabales por querer estar conmigo me hacía sentir culpable. Él estaba consciente del riesgo, pero su propuesta no facilitaba las cosas, sino más bien podría empeorarlas. Fue un error de mi parte pretender una relación a la luz pública con el director del Museo Nacional de Irlanda, con amplios contactos en las demás instituciones culturales e incluso contactos gubernamentales y políticos como muy bien me enteré por la misma Cleisy, cuando a ella le tocaba asistir a unas de esas tantas reuniones en representación de él. Está demás decir también, el hecho de saber que mi amigo, tiene influencia en la directiva y que está enamorado de mí; esto nos ponía entre la espada y la pared. Por esa misma razón, el vernos a escondidas tampoco era un buen plan. No me podría quitar fácilmente la idea de que efectivamente todo esto podría empeorar las cosas.