Capítulo 32 Heridas de kirian

El día no terminaba para mí, debía cumplir la segunda y posiblemente la última fase del trabajo establecido por Kirian. Al ver las piezas, distinguía cada detalle que la componía, las que tenían simbología eran las que me recordaban las que se encontraban en aquella mansión, no por ser parecidas, sino porque tenía unas ganas inmensas de ir a la residencia y comprobar con plena certeza de que eran las mismas de la carta. Atesoraba una excelente memoria para estos asuntos arqueológicos, sin embargo, esta vez lo dudaba y eso me hacía sentir intranquila. — ¡Qué tenemos por aquí! Creí haberte escuchado que no trabajabas para mí ¿O será que me equivoco? —era la voz mezclada de risas de Kirian abriendo la puerta y entrando.