Capítulo 301 El mal
Simón salió de la sala bajo la atenta mirada de todos. Los rostros de los guardias de seguridad estaban desprovistos de color, como si hubieran visto a alguien del infierno. Solo se atrevieron a respirar de nuevo cuando el hombre desapareció de la vista. Sin embargo, sus cuerpos aún temblaban de terror al recordar el episodio anterior.
«Simón Peña pudo controlar nuestros cuerpos sin hacer nada. ¿Cómo demonios lo hizo? ¿Hipnotismo? ¿Mágico? ¿O es algún tipo de habilidad ortodoxa? Nunca había visto algo así en mi vida. ¡Es tan aterrador!».
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