Capítulo 296 Me resbalé con papá
La comisura de la boca de Simón se torció. Regina Estévez era una verdadera jefa que podía matarlo si quería. ¿Llamarla gorda? ¡Como si alguna vez se atreviera a decir tal cosa! Las consecuencias de que su esposa se molestara eran peores que el estallido de una guerra.
Simón había querido usar el masaje como una excusa para intimar con su esposa, pero era poco probable que esa fantasía se cumpliera en ese momento. Miró a la pequeña Andrea y se encogió de hombros con impotencia. Andrea también había estado callada desde que su madre la regañó, aunque en broma.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread