Era inevitable que Andrea se distrajera con tantos perros a los que mirar. Su atención se desvió del Pomerania blanco hacia los Golden retriever de otro corral.
—¡Vaya! ¡Perritos dorados! ¡Son tan bonitos!
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread