Capítulo 212 Muy bien
—Papi, papi... —La voz asustada de Andrea gritó desde el cuarto de los niños.
Sintiéndose tomado in fraganti, Simón apartó rápido las manos del cuerpo de Regina. Regina sintió al instante que el calor desaparecía de su piel, pero los gritos de Andrea la devolvieron a la realidad. Se levantó de la cama, con la cara aún tierna y sonrojada.
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