Capítulo 82 Eres una bendición
Si Andrea hubiera sido un niño, Simón le habría enseñado e incluso obligado a tener prácticas diarias sin que ella lo mencionara. Pero Simón solo quería mimar y dar a Andrea una vida tranquila. Al escuchar lo que decía Simón, Andrea empezó a pensarlo de forma seria. Poco tiempo después, asintió con fuerza y dijo con seguridad:
—Papi, puedes enseñarme. Con tu compañía, no me resultará difícil. Cuando lo domine, podré luchar contra los malos con papi. Y cuando papi no esté, ¡también podré proteger a mami!
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread