Capítulo 76 ¿Solo una disculpa?
Pero, aunque Regina lo odiaba, solo podía aguantarse y seguía diciendo en su mente: «Es mi hija biológica». Regina acabó obedeciendo los deseos de Andrea y fueron al centro comercial más cercano. Justo antes de entrar por la puerta, Andrea se sintió atraída por los caramelos.
—Mami, quiero comer caramelos.
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