Capítulo 19

Si alguno de los chicos del equipo de las Águilas, se le ocurrió ilusamente que el entrenador Baugh les daría un tiempo de descanso por haberse asegurado el último juego estaban muy equivocados, nada más lejos de ello, ese lunes por la mañana cuando salieron al campo descubrieron que sus sueños de dormir a pierna suelta un poco más se habían esfumado. Baugh parecía como poseído esa mañana, durante horas solo fue pitazo, gritos, insultos, correr, lanzar la pelota, volver a correr, 20 yardas, 30 yardas, 40 yardas… una y otra y otra vez, golpes, tacleo… Oliver hubiera querido que le metieran un tiro de una buena vez y no que lo mataran tan tortuosamente y lentamente.