Capítulo 6

Amelia tragó grueso, hubiera querido desaparecer, ser borrada de la faz de la tierra, pero no, no era posible, y tampoco sería posible pasar desapercibida con semejante faldita y blusa de escote y sus dos estupendas razones metidas en esa blusa, seguramente Mía había querido amargarle su intento de cambiar, y ahora se encontraba caminando en dirección hacia la mesa de juegos en donde estaban la mayoría de los chicos del equipo de futbol, era como ser el entremés de la fiesta. — ¡Carajo! Esto no puede estar sucediendo — Se dijo para sus adentros — ¿Cómo coño se supone que voy a seducir a este tipo? — Tragó una enorme bocanada de aire y siguió adelante como en piloto automático, lo peor de todo era que no tenía a Sandra con ella para que la apoyara, pero su amiga estaba tirada en el sillón con la peor borrachera de su vida por tratar de ayudarla. Mientras caminaba hacia los chicos, Mía le susurró al oído: —Arriba hay habitaciones libres, querida, toma la que quieras, total este fin de semana hay varias chicas de viaje — Le dijo entre risitas, completamente segura de que Amelia no podría completar el reto. Quería que se la tragase la tierra, o que un borrador gigante la borrara de la faz del universo, cualquier cosa sería mejor a pasar la vergüenza que se avecinaba, tanto si, en un tremendo golpe de suerte, lograba hacer que Oliver Brown la acompañara arriba, como si no lo lograba, que por supuesto lo segundo era lo más seguro, en cualquiera de los dos casos, la vergüenza era lo único que Amelia tenía asegurada. — ¿Quieres que te dé algunos consejos de seducción Amelia? — Continuó la oxigenada con tonito burlón, era como una chinche pegada a su oreja, como una garrapata, ¡Como un piojo chupa sangre! — Tengo unos truquitos bajo la manga, je, je, je, aunque creo que con tu guarda fangos — Refiriéndose a sus pechos — No necesitarán mucho, creo que lo mejor que puedes hacer es bajarte un poco la blusa y enseñarle a Oliver lo suficiente para que se le levante… ¿No crees? Ahí estaba de nuevo, ¡Ordinaria como ella sola! Esta chica no podía decir una frase completa si no decía alguna barbaridad que implicara el miemb***o masculino, a Amelia le chocaba terriblemente, sus valores no eran precisamente los de una monja, pero tampoco quería ser una zorra, por lo que cada vez que Mía abría la boca era como si le taladraran los oídos. —Creo que sé lo que hace una pareja en la cama Mía, no necesitas ser tan gráfica, y en cuanto a cómo voy a convencerlo de que suba conmigo, déjamelo a mí, tú tienes tus tácticas, y yo tengo las mías — Le dijo enfrentándola para que la dejara en paz, pero en realidad Amelia no tenía ni la más remota idea de que iría a hacer o a decir en cuanto estuviera en frente de Oliver Brown, por ahora lo primero era deshacerse de Mía, y ya después trabajaría en lo siguiente. Continuó caminando secándose el sudor de las manos en la tela de la falda sin siquiera tener claro el siguiente paso, solo se acercó hasta el lugar en donde Oliver jugaba pool con otros chicos, estaban bastante emocionados, tomando y riendo, a Amelia le preocupaba que estuviera borracho y se portara como un idiota. Los chicos de las Águilas estaban que botaban la pelota, habían tenido éxito en los últimos juegos y esa noche estaban como locos, ya algunos hasta la ropa se habían quitado y andaban sin camisa de aquí para allá haciendo payasadas, mostrado sus torneados cuerpos y chupando alcohol como desesperados. Liam gritó eufórico desde la mesa de las bebidas levantando un vaso y le hizo señas a Oliver para que se acercara, un buen grupo de jugadores del equipo se arremolinó en torno al Wide receiver del equipo que parecía que daría un discurso a pesar de que estaba visiblemente pasado de tragos, levantó al fin el vasito lleno de licor con refresco y se quedó mirando a sus compañeros con una gravedad que hizo reír a Oliver sin querer. Aiden lo codeó demasiado fuerte haciendo que su bebida saliera disparada del vaso sobre la camisa de otro chico que tenía en frente, pero este ni cuenta se dio, la borrachera era épica, y nadie ahí estaba completamente ileso. Liam, el Wide receiver se sujetó del borde de la mesa para no irse de boca y se les quedó mirando como buscando las palabras correctas en la mente nublada por el alcohol. —Solo les quiero decir que estoy muy orgulloso de todos ustedes, ¡Son mis idiotas favoritos y han jugado de maravilla! — Trastabillando y arrastrando las palabras. Los aplausos de los chicos no se hicieron esperar y aprovecharon para silbar y hacer algunas de sus payasadas y palmearse sobre los hombros. El Wide receiver levantó la mano para pedir que hicieran silencio. —Solo faltan dos juegos, ¡Dos! ¡Y estaremos invictos! — Alardeó — Así que hoy todos tienen el permiso para divertirse de lo lindo, hagan lo que quieran — Haciendo señas con las manos dando a entender que aprovecharan para tener mucho seo esa noche — ¡Porque después no podrán! recuerden que nos faltan dos juegos, y tenemos que darlo todo chicos, ¡Para salir de esta temporada cubiertos de gloriaaaa!!!! — Elevando la voz en una octava mal entonada y a los gritos. Todo el grupo se unió a la celebración y al aullido de victoria del Wide receiver del equipo. Aiden volvió a codear a Oliver para que se manifestara, pues siendo el Core Back debería tener unas palabras en la celebración. — ¡Hey! ¿No piensas decir nada? Liam se está robando el show, tú deberías ser quien arengue al equipo. —No veo ningún problema en que lo haga, además, estoy muy cansado, te juro que quiero irme a dormir — Dijo haciendo una seña con la mano de que saldría pronto por la puerta. — ¿Estás loco? ¿No ves a esas nenas del segundo año que vienen hacia acá? — La novia de Aiden le dio un puñetazo por el brazo — ¡Ay! No hagas eso baby, lo digo por Oliver, necesita alguien que lo haga feliz hoy… —Sí, ¡Claro! — Bufó la chica poniendo los ojos en blanco. —Creo que tendrás trabajo hoy levantándole el ánimo a Linda… — Susurró Oliver a su amigo en baja voz, pero Linda ya levantaba la mano para darle un puñetazo, esta vez a Oliver, por metiche. Los tres se echan a reír y dejan pasar la broma sin darle mucha importancia, Oliver todavía, después de tres años de escuela, no terminaba de creerse que estuviera en la universidad, era como un sueño, al fin y al cabo, nadie de su familia había podido cumplirlo, a veces sentía miedo de no poder estar a su altura, de no ser suficiente, y aunque al principio había ingresado por medio de una beca como deportista, luego del segundo matrimonio de su madre con un tipo obscenamente rico, ya no tenía que preocuparse de ser el mejor para mantener su cupo en la escuela, sin embargo, era lo que más le gustaba de la Universidad, ser el Capitán del equipo. Se pasó la mano sobre los risos dorados y se echó el cabello hacia atrás, ya necesitaba un corte, pero le gustaba así, largo, rebelde y atrevido. —En serio Oli… ¿Vas a seguir rechazando a las guapas? Mira que hay muchas por allá, y vienen todas en estampida, vaya a saber qué coños están tramando… — Le dijo al oído esperando que Linda no lo escuchara. —Seguro es un reto — Vaticinó Linda muy segura de lo que decía, ¡Mierda! Esta chica tenía oídos súper sónicos. — ¿Un qué? — Preguntó Oliver llevándose el vaso de nuevo a sus carnosos labios. Y mirando en dirección del grupo de féminas elegantes, entaconadas y trastocadas por los efectos del alcohol. —Un reto — Repitió — Son la clase de estupideces que hacen las chicas de las residencias para llamar la atención, o para ganarse un lugar en la jungla social de la Universidad — Linda ya había superado esa etapa, había caído en los juegos de las populares por solo lograr encajar, pero luego de hacerse novia de Aiden se había convertido casi en la mascota del equipo, iba con ellos a todas partes, y se sentía mejor en compañía masculina que con las pesadas que se dedicaban a hacerle bullying a todo el mundo. —Mmm… — Oliver se encogió de hombros y regresó su atención a la mesa del ping pong tomando una raqueta para retar a Aiden a una partida amistosa. Definitivamente, era la noche de los retos. —Eh, ¡Aiden! Una partida por un par de tragos — Sugirió Oliver. —Tendrás que apostar más que eso — Respondió sonriendo mientras levantaba el vaso lleno. — ¡Una carrera en las motos! — Los ojos grises se le iluminaron al rubio. — ¡Ahora sí que te chiflaste Oli! ¡Como para que tengamos un accidente y lo echemos todo a perder a dos juegos de ganar la temporada! — ¡Eres una gallina! — Se rió. —No soy gallina, solo no quiero arruinarlo todo — Tenía razón, solo un tonto arriesgaría todo por una carrera. —Está bien, solo toma esa estúpida raqueta y párate del otro lado, ¡Vamos a ver de qué está hecho Aiden Smith! Comenzaron el juego, pero las chicas se arremolinaron rápidamente al contorno de la mesa de juego apiñándose cada vez más a modo de expectación, Aiden supuso que se debía a lo cerrado del marcador entre ambos, pero Linda ya sospechaba que se estaba cocinando alguna cosa y no le gustó ni poquito que se acercaran tanto a su novio, de modo que se aproximó al chico lo más que pudo y en cuanto hicieron un alto se le colgó del cuello y le dio un largo y sexi beso para marcar territorio antes de que alguna zorra de turno quisiera arrimarse al chico.