Capítulo 7
Una de las chicas del nuevo público del juego de ping pong, se quitó la sudadera, quedándose en una camiseta sin mangas y con un pronunciado escote, traía shorts de vaqueros muy cortos y rotos y se inclinó ligeramente hacia adelante para recoger la bola cuando se cayó al piso, los ojos de ambos amigos se dirigieron hacia el trasero de la chica y Mía, que estaba haciendo todo a propósito para que Amelia no pudiera cumplir con el reto, aplaudió dando saltitos de alegría detrás de los chicos.
—Toma guapo — Le dijo la morena exuberante pasándole la bola a Oliver — ¿Estás solo esta noche? — Toda ella gritaba una explícita invitación a pasar la noche juntos…
Amelia se le quedó mirando llena de rabia al notar la trampa que Mía había preparado en su contra, pero eso no la detendría, se había propuesto a dejar de ser la nerd y la mojigata, a quitarse la etiqueta de la frente y a parecer una persona normal, aunque eso incluyera rebajarse a demostrar que podía con el estúpido reto.
—Creo que esa chica quiere contigo Oli, hazme el favor de no desperdiciar a ese bombón — Le susurró Aiden instándolo de nuevo como si no fuera suficiente que le mostrara el nacimiento de las nalgas y parte de sus pechos delante de todos.
—Oye… ¿Tienes planes para hoy? — Le decía otra chica con figura escultural al mariscal de campo en tono acaramelado — Tengo mi auto afuera… si quieres…
Oliver apenas si notó que ella estaba allí, ya estaba acostumbrado al acoso femenino y harto también. Al principio era divertido ver a las féminas pelearse por él, pero luego de un tiempo se tornó incluso molesto, el no tener privacidad, el que todas las mujeres lo vieran como un trofeo, como una masa de carne a quien devorar y nada más… ya había perdido el interés.
Amelia respiró profundo cuando vio a la Barbie a su lado, y supo que estaba perdida, se detuvo y estuvo a punto de girar sobre sus talones en ángulo de ciento ochenta grados, pero al ver el rechazo del joven se detuvo.
— ¡Mierda! La rechazó — Acto seguido se miró a sí misma y se acomodó la falda, la blusa y pasó sus manos por el cabello sin lograr que su abundante melena se ordenara en nada — Bueno, Amelia… ¡Estás lista!
No sabía exactamente para qué estaba lista, pero era una forma de darse porras ella misma, ya que Sandra dormía a pierna suelta del otro lado de la casa.
Oliver estaba harto de mujeres así, las fáciles eran las que más habían pasado por su cama, pero quería otra cosa, esa etapa de amanecer con una chica diferente cada vez, de pescar constantemente en río revuelto, de ganarse la rabia de más de un chico en el Campus por acostarse con su novia sin saber, de aparecer en las redes desnudo y borracho con mujeres a las que en realidad no conocía, si esa etapa ya estaba quemada…
Aunque parezca raro, él ya necesitaba algo diferente, más emocional y sentimental también, más que solo sexo ocasional y una chica muy dispuesta solo por un rato, quería alguien con quien poder hablar por largo rato de temas divertidos e importantes, alguien inteligente y atractiva, pero no demasiado, para que viniera otro y se la quitara, alguien comprometida con sus ideales, alguien a la que le importara un reverendo rábano gastar miles de dólares en moda… pero esa clase de chicas no asisten a esa clase de fiestas… ¿O sí?
La morena seguía insistiendo y mirando de soslayo a Amelia, cosa que le dejó clarísimo que era una arpía enviada por Mía.
—Aiden por favor… — Mirándolo como queriéndole decir “no me acoses más”.
Había chicas muy lindas, otras muy buenas, pero no iba a acostarse con ninguna de ellas esa noche, ya se lo había propuesto, a menos que la borrachera fuera tan grande que olvidara incluso su nombre. El problema no era su decisión de alejarse de los calentones momentáneos, el problema era la reputación de mujeriego y bueno en la cama que le precedía, y claro, ante esa reputación, las chicas lanzadas, borrachas y calenturientas no se iban a frenar.
La morena se va, y en su lugar alguien más lo toma del brazo y lo saca a bailar, Oliver camina dos pasos, mueve un poco las caderas, gira en torno de sí mismo y le da al público lo que quiere… un par de movimientos sexis, se inclina como lo hiciera un artista luego de su presentación y se retira en busca del vaso que ha dejado sobre el borde de la mesa de ping pong.
— ¿En serio Oli? ¿Eso es todo? ¿Las dejarás encendidas a todas? — El rubio le plantó cara y respondió.
—Si tanto te preocupan las calenturas de esas de ahí — Señalando la masa humana femenina tras él — Ve a hacerlo tú, quítales las ganas, de verdad Aiden… ¡Ya no me fastidies!
Su amigo pasado de tragos levantó las manos en señal de estar en paz, tomó la mano de su novia y se alejó al otro extremo de la mesa para retomar el juego, en eso, Oliver advierte una joven con cara de susto, la chica viene caminando hacia él con timidez y se le queda mirando por un momento pensando si va a hablarle o no, el chico regresa la mirada a la bola, pero luego de dos turnos voltea y la chica sigue ahí parada, en medio del bullicio y haciendo acopio de todas sus fuerzas para abrir la boca.