Delfina condujo hasta su casa durante la noche sin tomar ningún desvío. En el momento en que cerró la puerta tras suyo, sus manos que sostenían las llaves del coche temblaron.
—¿Por qué has vuelto sola a esta hora? —Claudia había estado esperándola dentro—. Estaba muy preocupada. Me iba a poner en contacto en contacto con Janice si no volvías en seguida. ¿Qué pasa? ¿Estás bien? —Inmediatamente se dio cuenta de que la complexión de Delfina era terrible—. ¿Qué ha pasado?
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