Capítulo 470 Ella no debe venir
Santiago llevaba ya dos días y una noche confinado en el salón comunitario. Después de escuchar el alboroto que había fuera, uno de los jóvenes miembros del comité, Jesús, lo consoló:
—Señor Echegaray, por favor, no se lo tome como algo personal. A la gente del pueblo no se le enseña la etiqueta básica. Lo arrebatan todo del camión en cuanto llega. Ni siquiera podemos repartir las cosas equitativamente según la cuota. Si el segundo lote de suministros no llega pronto, me temo que van a poner el salón comunitario patas arriba.
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