Capítulo 324 Los hombres no son de fiar
En cuanto Claudia terminó de hablar, todos los presentes se quedaron tan callados que se podía oír la caída de un alfiler.
Las venas de la mano de Raúl palpitaban mientras agarraba el vestido de novia. Aunque permanecía en silencio, su expresión sugería que estaba indignado. Delfina empezó a sudar al ver aquello.
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