Capítulo 41 Coqueteando
Debo haber puesto cara de mil demonios. Se va con ese narizón y ¿vestida así? — Ya compramos tiquetes, iba a su habitación a decirte que nos vemos en San Francisco. Él quiere que conozca a su familia. —dejó su maleta en el piso—. Toma, esta era la dirección de la casa de mi amigo.
—¿De qué se trata esto? ¿Se va con un desconocido? ¡¿Me está hablando en serio?! —estaba al borde de perder la cordura—. Sabe que, si se aleja, esas voces volverán. —hablé apretando la mandíbula.
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