Capítulo 1643 ¿Es suficiente perder esto?
Un petrel, valiente y desafiante, había jurado no temer a las poderosas tormentas marinas. Sin embargo, en medio de la borrasca, este petrel se enamoró de un traicionero tramo de mar. Rodeó las olas, permitiendo que cada una de ellas engullera su frágil cuerpo. Sus miembros, antes unidos, ahora parecían desobedecer sus órdenes y temblaban. No sabía si era por miedo o anticipación.
La habitación se sumió en la penumbra cuando Tomás accionó el botón junto a la cama, haciendo que las cortinas se deslizaran lentamente y bloquearan la radiante luz del sol. En ese instante, solo quedó una tenue luminosidad. Lucía percibía la respiración de Tomás entrelazándose con la suya mientras él la mantenía inmovilizada.
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