Capítulo 1478 Tomás, eres tú quien me ha estado torturando

La forma en que se estaban desarrollando las cosas estaba del todo fuera de las expectativas de Lucía. ¿Qué significaba en realidad la muerte? Era la desaparición de una vida, y todo lo que la persona había hecho y experimentado se iría con el viento. Mirando aturdidamente la puerta del quirófano, no podía ver con claridad porque todo parecía girar en su visión. Giraba cada vez más rápido hasta que se formó un agujero negro que engulló su alma y devoró su capacidad de pensar con claridad. No era posible. su hermano nunca la dejaría sola. Puesto que siempre había velado por ella y siempre se preocupaba de que pudiera ocurrirle algo malo, ¿cómo iba a dejarla sola en este mundo de esa manera? No había forma de que eso sucediera, así que todos debían estar mintiéndole... Sabía cómo funcionaban esos trucos, riendo histéricamente, agarró las mangas de la camisa de Sebastián y preguntó: —Señor Atehortúa, me está mintiendo, ¿verdad? Ha trasladado en secreto a mi hermano para que reciba tratamiento en otro lugar, pero sólo me ha mentido pensando que no sería capaz de aceptar que se fuera, ¿tengo razón?