Capítulo 1231 ¡No te metas conmigo! ¡Esto es demasiado!
Benicio seguía hablando por teléfono mientras en el otro lado, Tomás ya había sido rodeado por un grupo de personas. Alguien estaba tan borracho que cogió una botella de vino, se abalanzó hacia él y derribó la botella sobre su cabeza.
—¡Hijo de puta! ¿No tienes ojos? ¡¿Cómo te atreves a venir a nuestra caseta y arrebatarnos a nuestras mujeres?! ¿Quién te crees que eres?
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