Capítulo 1425 Siéntete libre de intentar hacerle cualquier cosa
Pero... Micaela se mordió los labios con fuerza y su delicado rostro estaba lleno de tristeza. Pensó que Tomás hablaría sin duda por ella, ya que llevaba tanto tiempo con él. Para su sorpresa, pasó junto a ella como si no existiera; ni siquiera la tocó. Cuando pasó, ni siquiera le dedicó una mirada. Incapaz de contenerse por más tiempo, la chica se precipitó hacia delante y suplicó:
—¡Tomás! —Al ver esto, Benicio puso los ojos en blanco. Ni siquiera Lucía había llamado antes a Tomás de una forma tan nauseabunda.
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