Capítulo 1283 ¡No puedes ser como Lucía!
Después de todo lo que intentó hacer, se sintió como si alguien acabara de verter un cubo de agua fría sobre su cabeza. Micaela se quedó mirando a Tomás con asombro, como si se sintiera incrédula de que la hubiera rechazado tan descarada y cruelmente. La sonrisa de su rostro también luchaba por mantenerse en pie. En ese momento, a sus ojos parecía una persona cualquiera y no la hermosa mujer que la mayoría de los hombres veían. Sus manos comenzaron a temblar.
—Tomás, por qué...
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