Capítulo 158 ¡Mocoso, eres tan cruel!
Alejo pensó que era un milagro que Tomás pudiera encontrarlo. Cuando alguien empujó la puerta de su despacho con un niño empapado en los brazos, se sorprendió mucho. Maldita sea, ¿no es ese el mocoso de Lucas? ¿Por qué está en este horrible estado? Antes de que Alejo tuviera tiempo de pensarlo, ordenó a sus subordinados que lo enviaran de prisa al hospital. Sin embargo, Tomás se aferró a su camisa durante todo el trayecto. Se aferró con fuerza con los ojos cerrados mientras murmuraba sin parar en voz baja:
—No... No llames al señor Gil...
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread