Tanto Qin Ming como Li Xinghong no prestaron atención a los consejos de los demás, pues estaban concentrados en la forma de derrotar al otro. Sun Changxi comenzó a preocuparse por Qin Ming, ya que el asunto se había convertido en una pelea en toda regla. Tiró del brazo de Qin Ming y le rogó:
—No causes problemas. Déjalo pasar.
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