Capítulo 9 Recompensas y castigos
En un Rolls-Royce personalizado especialmente, Song Ying le entregó un archivo a Qin Ming. En este había documentos relacionados con las operaciones de la Corporación Progreso del Siglo en toda la región Progreso, además del currículum de Qi Yundong y su perfil personal.
Tras leer el currículum de Qi Yundong, Qin Ming dijo emocionado.
—Qi Yundong era en realidad, el sirviente de mi padrino. Comenzó desde lo más bajo y ha estado trabajando para él por más de 30 años. En serio es un hombre leal que ha contribuido mucho a la organización.
—Sí joven. Él Señor hizo su testamento; no designó a sus hijos desheredados ni a su esposa para que fueran sus sucesores. Por lo que causó un gran alboroto en la compañía. El Señor les dirá poco a poco a algunas personas sobre usted. Las personas del País C serán las primeras en saber.
Media hora después, el auto llegó a la mansión Nanshan.
Qin Ming había leído sobre ese lugar en el auto. La mansión Nanshan era la mejor mansión para la recreación en Ciudad Arroz. Podía alardear de tener la arquitectura de un antiguo palacio real con un diseño moderno en su interior. El ambiente era muy tranquilo y sereno y el aire se sentía limpio y seco. Además, había una pista de carreras y un helipuerto detrás de esta.
En condiciones normales costaba 100 mil la estadía de una noche,
No obstante, estaba cerrada al público en ese momento ya que el propietario estaba ahí.
Cuando entró a la mansión, ocho guardaespaldas que vestían con trajes negros se abalanzaron hacia el Rolls-Royce de Qin Ming para protegerlo. Todos ellos eran guardias presidenciales.
El auto por fin se detuvo en la puerta del Templo de Loto. Qi Yundong, quien tenía más de 50 años estaba en frente de la fila. Detrás de él estaban los líderes de las diferentes provincias de la región Progreso.
Las personas con el rango más bajo entre ellos eran los líderes de provincia. Solo había un administrador a nivel municipal y ese era Hou Qing, el Gerente encargado de Ciudad Arroz.
Song Ying abrió la puerta para Qin Ming. En cuanto salió del auto, Qi Yundong y los demás líderes le hicieron una reverencia de 90 grados y le dijeron al unísono.
—Saludos joven. Bienvenido.
Qin Ming estaba un poco abrumado. Nunca había recibido un trato tan honorable antes.
Sin embargo, para no convertirse en un sucesor que despilfarra su fortuna, debía de conocer al equipo directivo de su padrino.
—Hace mucho calor aquí, hablemos adentro —dijo Qin Ming de forma casual.
Qi Yundong y los demás se movieron de inmediato a un lado para dejar que Qin Ming pasara. Al mismo tiempo, estaban juzgando al sucesor que Chang Hongxi había nombrado en persona. «¿Qué es tan especial de este hombre que el Señor Chang le dejará heredar la Corporación Progreso del Siglo, la cual controla la riqueza masiva del mundo? Parece una persona ordinaria. Está desaliñado y lleva ropas sucias. Pero sus ojos demuestran astucia».
Después de que todos se sentaron, el grupo miró a Qin Ming con temor. Nadie lo había mirado así antes.
Solo había seis personas sentadas y estas eran Qi Yundong, el líder regional de la División Progreso; Hou Qing, la persona a cargo de Ciudad Arroz y los cuatro líderes de las provincias Luna, Sol, Estrella y Constelación. Los demás eran sus secretarios, por lo que tenían que estar de pie.
Los miembros del comité directivo se presentaron, entonces le dieron un breve informe a Qin Ming sobre sus respectivos ámbitos laborales.
Al escucharlos, Qin Ming dijo con seguridad.
—Sé que deben de estar preguntándose sobre mi relación con el Señor Chang y si soy capaz de dirigir la Corporación Progreso del Siglo. No estoy alardeando de nada, ¡pero puedo decirles que la compañía en definitiva será mía en el futuro!
Qi Yundong y los demás se quedaron aturdidos. «Este joven hombre tiene tanta confianza».
Qin Ming continuó.
—Espero que podamos trabajar todos juntos. Como saben, el Señor Chang tiene cáncer y sus días están contados. Un nuevo líder forma un nuevo equipo. Por lo que es muy importante que elijan sus lealtades ahora y espero que no cometan ningún error.
Ellos permanecieron en silencio. «Parece que hemos sido engañados por la apariencia del joven. No es solo un hombre ordinario. Sabe muy bien la situación en la que se encuentra y nos está advirtiendo a la vez que nos promete algunos beneficios».
Los ejecutivos de mayor antigüedad sabían muy bien lo poderosa que era la Corporación Progreso del Siglo. Además de ellos que se encargaban de supervisar las actividades del día a día del imperio, había otro equipo secreto que llevaba a cabo una misión especial.
Hubo traidores en la compañía en el pasado, pero el equipo secreto se encargó de ellos y desaparecieron sin dejar rastro. Ambos equipos trabajaban de manera independiente y nunca se habían conocido.
Ellos también sabían que Song Ying tenía contacto directo con los equipos de caza secretos.
Qi Yundong tomó la iniciativa y le juró su lealtad.
—Joven, el Señor ya me pidió que lo ayudara. Le juro por Dios que le serviré hasta el día de mi muerte.
Los demás líderes también se levantaron y le juraron lealtad a Qin Ming.
La reunión fue muy amena. Entonces, le dieron las noticias de lo que ocurría en el trabajo y tuvieron una fiesta de coctel. La tensa atmósfera en la habitación se suavizó de pronto. Todos fueron a hablarle a Qin Ming para conocer a su futuro jefe, pensando que podrían causarle una buena impresión y con eso conseguirían un ascenso en el futuro.
Como dicen las personas, «el alcohol es lo mejor para socializar». Qin Ming podía soportar el alcohol, por lo que, tras algunos tragos, comenzó a convivir con ellos.
Al escuchar lo que hacían en sus trabajos, Qin Ming se dio cuenta de que la Corporación Progreso del Siglo invertía en muchos sectores, como: Tecnología biológica, partes y accesorios de armas, metales pesados, minería, transportes, tecnología aeroespacial, mercancías en general, automóviles, etc. Además de que había participado en muchos proyectos gubernamentales.
Después de la fiesta de coctel. Qin Ming les pidió a Qi Yundong y a Hou Qing que se quedaran.
Entonces les dijo.
—Señor Qi, Señor Hou, me quedaré en Ciudad Arroz por un tiempo. Por lo que espero que mi vida no sea perturbada y complete mis estudios con éxito.
—Entendido —dijeron ambos al unísono.
Qin Ming continuó hablando.
—Quiero familiarizarme con los negocios que ocurren en el País C. Si tienen alguna duda o creen que hay alguien que esté contra mí, pueden decírmelo sin rodeos. Le he hablado al Señor Chang de esto y no tiene objeción alguna. Después de todo, me haré cargo de toda la corporación en el futuro.
Qin Yundong y Hou Qin se miraron el uno al otro. Ambos podían ver la emoción en la mirada del otro.
El discurso de Qin Ming implicaba que ellos serían sus oídos y ojos de ahora en adelante. Mientras trabajaran duro, cuando Qin Ming se hiciera del control de la Corporación Progreso del Siglo, ellos serían sus subordinados de mayor confianza y podrían esperar un gran avance en sus carreras.
Después de darles sus órdenes. Qin Ming sacudió su mano y dijo.
—De acuerdo, sé que ambos están muy ocupados. Pueden irse.
Qi Yundong se inclinó ante él, entonces aplaudió.
De pronto, tres hermosas mujeres de alrededor de 20 años que portaban vestidos hechos de gasa caminaron hacia Qin Ming y se pusieron frente a él. La gasa era tan delgada que uno podía vislumbrar un poco sus atractivos cuerpos bajo el vestido.
¿Quién podría resistirse? La mente de Qin Ming se llenó de inmediato de pensamientos obscenos.
Qi Yundong dijo.
—Joven, estas tres bellezas pueden cantar y bailar muy bien. Si está cansado, también pueden…
Él podría dormir con ellas y quedaba muy poco a la imaginación lo que sucedería después.
Qi Yundong era muy considerado. No obstante, por mucho que le gustara la idea, él había ido a conocer a sus subordinados, no a perder el tiempo con chicas.
Entonces agitó su mano y dijo.
—No será necesario. Todavía tengo cosas que hacer. Song Ying, vámonos.
Qi Yundong y Hou Qing lo escoltaron de inmediato afuera tras escuchar eso.
De pronto, Qin Ming se detuvo y dijo.
—Por cierto…
Qi Yundong y Hou Qing sintieron que sus corazones daban un brinco. «Después de todo es un joven. De seguro tiene necesidades sexuales».
Para su sorpresa, Qin Ming le apuntó a la fruta que estaba en la mesa y dijo.
—No terminé de comer la fruta. No la desperdicien. Empáquenla, me la llevaré.
«¿Es en serio? ¿Eres el ahijado del hombre más rico del mundo y quieres llevarte las sobras de la fruta?». Ambos estaban muy sorprendidos.
Cuando Qin Ming se fue, Hou Qing no pudo evitar preguntar.
—Señor Qi, ¿qué piensa del joven?
—Es más maduro y humilde que cualquiera de los hijos del Señor Chang. Aunque posee la mayor cantidad de riquezas del mundo, es muy modesto y tiene mucha visión. Estoy seguro de que será muy grande si se curte con experiencia. Vale la pena seguirlo.