Qin Susu dijo con pena:
—Ayer tomamos el gran autobús hasta la terminal de pasajeros al amanecer, pero cuando salimos no teníamos a dónde ir. Nuestro hermano mayor no tiene dinero y yo no me di cuenta, pero también me robaron el bolso. Por casualidad nos encontramos con Li Meng, que había vuelto de su viaje y salía de la estación. Ella fue la que nos reconoció y al ver que aún no habíamos comido, nos invitó a comer fideos con carne. Estaba muy buena la comida. Después, cuando se enteró de que no teníamos dónde quedarnos, nos reservó una habitación de hotel. Anoche no volvió a casa, sino que durmió conmigo. También le pregunté por ti y me enteré de que habían roto. Me dijo que te gustaba otra persona.
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