Al principio, Qin Ming pensó que se dirigirían al hospital. Después de todo, el procedimiento normal era trasladar de inmediato a una persona inconsciente, sin embargo, acabaron dirigiéndose a la casa. Qin Ming tuvo la tentación de gritar a Bai Dayou y a su mujer, pues habían dejado a He Menggu tirada en el salón sin llamar a la ambulancia, «¿no saben que cada segundo es importante?».
—¿Mamá? ¡Mamá! —gritó Bai Yuchun mientras corría hacia He Menggu. Fue entonces cuando Bai Yuchun vio que He Menggu estaba pálida.
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